Revolución liberal de Ecuador
La Revolución
liberal, también conocida como Guerra civil
ecuatoriana fue un movimiento revolucionario en contra de los gobiernos de carácter conservador, e impulsado por varias facciones
insurgentes lideradas por Eloy Alfaro. La revolución tiene como fecha inicial el 5 de Mayo de [1895] en [Chone] cuando Eloy Alfaro fue
proclamado como Jefe Supremo. Posteriormente Alfaro fue nominado Presidente
Constitucional del Ecuador.
Los inicios de la
revolución toman lugar tras el ascenso al poder de Ignacio de Veintemilla y sus posteriores intenciones de
declararse dictador, con lo cual varios sectores del país empezaron formar
movimientos revolucionarios en contra del gobernante. Las tropas alfaristas,
con apoyo conservador, vencieron, tras lo cual Veintimilla fue derrocado, sin
embargo, los conservadores permanecieron en el poder hasta el estallido de la
revolución liberal en 1895.
Tras la caída del
presidente interino Vicente Lucio Salazar,
en manos de los liberales, Eloy Alfaro tomó el mando de Ecuador y ordenó la
creación de la Constitución de 1897, la cual lo declaró Presidente
Constitucional. Fue sucedido por su propio codearía Leónidas Plaza
Gutiérrez, aunque luego sus diferencias lo llevaron a conflictos
entre ellos. Alfaro vuelve a la lucha armada en el gobierno de Lizardo García a quien derrotó,
llegando nuevamente al poder y gobernando hasta 1911. Un año más tarde Alfaro fue capturado por tropas
conservadoras, enviado a prisión a la capital Quito, desde donde fue extraído por un grupo de manifestantes
presumiblemente conservadores, torturado y asesinado. Los liberales
continuarían en el poder por varios años más.
La revolución es
considerada uno de los episodios más importantes de la historia ecuatoriana,
debido a su impacto en la política y en la sociedad. Entre los principales
aspectos de esta revolución está la implantación del laicismo en el Ecuador, con lo
cual la Iglesia y el Estado fueron formalmente separados. Otras áreas donde hubo
cambios significativos respecto al estado que imparten desde la Colonia, se
enfocaron en permitir la libertad de culto, la confiscación de los bienes
eclesiásticos, la abolición del catolicismo como religión estatal,
la enseñanza laica y el divorcio.
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