lunes, 27 de mayo de 2013







Revolución liberal de Ecuador
La Revolución liberal, también conocida como Guerra civil ecuatoriana fue un movimiento revolucionario en contra de los gobiernos de carácter conservador, e impulsado por varias facciones insurgentes lideradas por Eloy Alfaro. La revolución tiene como fecha inicial el 5 de Mayo de [1895] en [Chone] cuando Eloy Alfaro fue proclamado como Jefe Supremo. Posteriormente Alfaro fue nominado Presidente Constitucional del Ecuador.
Los inicios de la revolución toman lugar tras el ascenso al poder de Ignacio de Veintemilla y sus posteriores intenciones de declararse dictador, con lo cual varios sectores del país empezaron formar movimientos revolucionarios en contra del gobernante. Las tropas alfaristas, con apoyo conservador, vencieron, tras lo cual Veintimilla fue derrocado, sin embargo, los conservadores permanecieron en el poder hasta el estallido de la revolución liberal en 1895.
Tras la caída del presidente interino Vicente Lucio Salazar, en manos de los liberales, Eloy Alfaro tomó el mando de Ecuador y ordenó la creación de la Constitución de 1897, la cual lo declaró Presidente Constitucional. Fue sucedido por su propio codearía Leónidas Plaza Gutiérrez, aunque luego sus diferencias lo llevaron a conflictos entre ellos. Alfaro vuelve a la lucha armada en el gobierno de Lizardo García a quien derrotó, llegando nuevamente al poder y gobernando hasta 1911. Un año más tarde Alfaro fue capturado por tropas conservadoras, enviado a prisión a la capital Quito, desde donde fue extraído por un grupo de manifestantes presumiblemente conservadores, torturado y asesinado. Los liberales continuarían en el poder por varios años más.
La revolución es considerada uno de los episodios más importantes de la historia ecuatoriana, debido a su impacto en la política y en la sociedad. Entre los principales aspectos de esta revolución está la implantación del laicismo en el Ecuador, con lo cual la Iglesia y el Estado fueron formalmente separados. Otras áreas donde hubo cambios significativos respecto al estado que imparten desde la Colonia, se enfocaron en permitir la libertad de culto, la confiscación de los bienes eclesiásticos, la abolición del catolicismo como religión estatal, la enseñanza laica y el divorcio.
















LIBERALISMO EN EL ECUADOR


Revolución liberal de Ecuador
La Revolución liberal, también conocida como Guerra civil ecuatoriana fue un movimiento revolucionario en contra de los gobiernos de carácter, e impulsado por varias facciones insurgentes lideradas por Eloy Alfaro. La revolución tiene como fecha inicial el Mayo de [1895] en [Chone] cuando Eloy Alfaro fue proclamado como Jefe Supremo. Posteriormente Alfaro fue nominado Presidente Constitucional del Ecuador.
Los inicios de la revolución toman lugar tras el ascenso al poder de Ignacio de Veintimilla y sus posteriores intenciones de declararse dictador, con lo cual varios sectores del país empezaron formar movimientos revolucionarios en contra del gobernante. Las tropas alfaristas, con apoyo conservador, vencieron, tras lo cual Veintimilla fue derrocado, sin embargo, los conservadores permanecieron en el poder hasta el estallido de la revolución liberal en 1895.
Tras la caída del presidente interino Vicente Lucio Salazar, en manos de los liberales, Eloy Alfaro tomó el mando de Ecuador y ordenó la creación de la Constitución de 1897, la cual lo declaró Presidente Constitucional. Fue sucedido por su propio coideario Leónidas Plaza Gutiérrez, aunque luego sus diferencias lo llevaron a conflictos entre ellos. Alfaro vuelve a la lucha armada en el gobierno de Lizardo García a quien derrotó, llegando nuevamente al poder y gobernando hasta 1911. Un año más tarde Alfaro fue capturado por tropas conservadoras, enviado a prisión a la capital Quito, desde donde fue extraído por un grupo de manifestantes presumiblemente conservadores, torturado y asesinado. Los liberales continuarían en el poder por varios años más.
La revolución es considerada uno de los episodios más importantes de la historia ecuatoriana, debido a su impacto en la política y en la sociedad. Entre los principales aspectos de esta revolución está la implantación del laicismo en el Ecuador, con lo cual la Iglesia y el Estado fueron formalmente separados. Otras áreas donde hubo cambios significativos respecto al estado que imparten desde la Colonia, se enfocaron en permitir la libertad de culto, la confiscación de los bienes eclesiásticos, la abolición del catolicismo como religión estatal, la enseñanza laica y el divorcio.

LIBERALISMO EN EL ECUADOR



 LIBERALISMO EN EL ECUADOR
En este movimiento revolucionario tuvo particular participación el campesinado costeño y varios sectores del pueblo, que querían participar para exigir al gobierno reivindicaciones sociales, pues desde el nacimiento de la República, en 1830, habían sido marginados.
En efecto, ya desde esos años se habían iniciado en el agro costeño varios movimientos de carácter reivindicatorio llamados “montoneras”, conformados por una heterogénea mezcla de campesinos, pequeños agricultores y trabajadores agrarios en general, que cansados de los atropellos y actos de despojo propiciado por los grandes hacendados y algunas autoridades, decidieron organizarse para -bajo principios liberales- iniciar la resistencia popular (1)
Y fue precisamente Alfaro quien -comprendiendo la realidad social y económica que vivía el pueblo ecuatoriano- se unió a él y tomó la bandera de la lucha mucho más allá de lo que proponían los liberales teóricos, pertenecientes muchos de ellos a las clases más pudientes, sean estos comerciantes o propietarios de las grandes haciendas.
Se convirtió entonces en líder del movimiento Liberal-Radical, y aún desde el destierro continuó conspirando para combatir, no solo al gobierno de Caamaño, sino también a los posteriores que fueron presididos por el Dr. Antonio Flores Jijón y el Dr. Luis Cordero, que terminó abruptamente debido al escándalo llamado de la “Venta de la Bandera”.
En efecto, “bajo la convocatoria liberal, gentes de las más diversas tendencias empezaron a formar Asambleas y Juntas Cívicas en varias ciudades del país, para juzgar la conducta oficial y condenar al gobierno. La primera se dio en Guayaquil, el 9 de diciembre de 1894, y constituyó un formidable acto de masas en el que se condenó la política oficial. Cuatro días más tarde, Quito tomó la posta y organizó una gran manifestación de protesta, que fue disuelta por la fuerza pública; a continuación, el gobierno decretó el estado de emergencia para la capital” (Jorge Núñez Sánchez.- El Ecuador en el Siglo XIX, p. 151).
Nuestro país -subyugado política y socialmente por el poder que la iglesia católica ejercía sobre el gobierno, y por el predominio de conceptos políticos que por “conservadores” impedían el desarrollo nacional procurando mantener viejas estructuras colonialistas- necesitaba urgentemente de un cambio radical que estremeciera los cimientos y la conciencia nacional. Fue por eso que Pedro J. Montero en Milagro, Manuel Serrano en El Oro, Carlos Concha en Esmeraldas, y otros líderes como Plutarco Bowen y Enrique Valdez Concha, entre otros, en diferentes regiones de la costa, se levantaron en armas en contra de un gobierno al que consideraban corrupto.
Derrocado el gobierno del Dr. Luis Cordero, el 17 de abril de 1895 asumió el poder el Dr. Vicente Lucio Salazar, quien respaldado por el partido conservador -que se había adueñado del poder en Quito- trató de afianzarse con el apoyo de prestantes ciudadanos y un ejército fuerte que contaba con adiestradas y numerosas tropas.
En los primeros días de junio la situación en Guayaquil había tomado características alarmantes; la ciudad estaba sitiada por revolucionarios liberales que -desde diferentes regiones de la costa- habían llegado a ella en busca de un respaldo ideológico que le permitiera acceder al poder, en base a propuestas políticas reivindicadotas.
Entonces y para no dejarla desamparada, el jefe de las fuerzas militares acantonadas en la ciudad -Gral. Reinaldo Flores- anunció su retiro del mando resignando el poder a una Junta de Notables integrada por destacadas personalidades de la ciudad, que eligió como Jefe Civil y Militar de la provincia al Sr. Ignacio Robles.
En la mañana del 5 de junio, una Asamblea Popular convocada para el caso, desconoció al gobierno del Dr. Vicente Lucio Salazar, y proclamó de inmediato la Jefatura Suprema de don Eloy Alfaro, que se encontraba en Nicaragua, víctima del ostracismo.
Alfaro llegó el 18 del mismo mes: Su presencia conmocionó a toda la ciudad que se volcó al malecón para esperarlo, pues se había anunciado que su arribo -a bordo del vapor alemán Pentaur- sería pasadas las seis de la tarde, y allí estuvieron todos para recibirlo y aclamarlo. Fue una fiesta cívica como jamás se había visto, y que convocó a las personalidades más relevantes, significativas y representativas de todo el país, no sólo alfaristas y liberales, sino también miembros y simpatizantes de otros partidos políticos.
Al día siguiente asumió oficialmente la Jefatura Suprema de la República y conformó el primer gabinete liberal que estuvo integrado por prestantes ciudadanos guayaquileños.
Comprendiendo que la revolución ideológica gestada en Guayaquil debía extenderse a toda la República, Alfaro envió Comisiones de Paz a Quito y Cuenca, buscando un arreglo político que permitiera las reformas liberales, aun a costa de hacer notorias concesiones. “Pero la oligarquía conservadora de la sierra se mostró soberbia y prepotente, negándose a todo acuerdo de pacificación” (Jorge Núñez Sánchez.- El Ecuador en el Siglo XIX, p. 161).
Ante la negativa serrana, Alfaro se preparó para la lucha armada, organizando sus fuerzas con las juventudes guayaquileñas, algunas montoneras y miembros del ejército que habían sido olvidados, relegados y mal pagados. Al mismo tiempo, en Quito, el gobierno de Vicente Lucio Salazar reunía y preparaba al ejército regular para enfrentar a los insurgentes.
Poco tiempo después, Alfaro y sus ejércitos marcharon hacia el interior en una fulminante campaña militar que culminó con las batallas de Chimbo, Socavón y Gatazo, en las que sus fuerzas destrozaron a los batallones del gobierno. Pudo entonces entrar triunfalmente en Quito, el 4 de septiembre, donde fue recibido apoteósicamente por el pueblo y las personalidades más importantes de la ciudad.
Así, con altísimos principios ideológicos, pero también con el arma al brazo, luchando en los foros con el mismo ímpetu que en los campos de batalla, se instauró el liberalismo en el Ecuador para iniciar un período de verdaderas reformas políticas, sociales y económicas en beneficio de todos los pueblos de la patria.

miércoles, 22 de mayo de 2013




LIBERALISMO EN EL ECUADOR
En 1833 se formó la sociedad filosófica y literaria que editó "El Quiteño Libre", periódico dirigido por Francisco Hall y Pedro Moncayo y en el que colaboraban José Miguel Murguettio -en cuya casa se reunían- el Gral. Manuel Matheus, José Félix Valdivieso, el Gral. José Ma. Sáenz y el poeta Julio Zaldumbide, intelectuales que fundaron el Partido Nacional en reacción contra el militarismo extranjero del Gral. Juan José Flores, siendo perseguidos y disueltos a lanzadas la trágica noche que quisieron tomarse el palacio presidencial. Estos nacionalistas eran de ideas liberales.

Con la Revolución del 6 de Marzo de 1845 subió al poder el triunvirato de Olmedo, Roca y Noboa, y convocada la Asamblea Nacional salió electo Presidente Vicente Ramón Roca, que gobernó hasta 1849 con el Partido Ministerial o de Gobierno, heredero de la tradición liberal del Partido Nacional, en lo tocante al nacionalismo de sus miembros, ya que eran conservadores en sus concepciones de la vida.

Durante el garcianismo, en 1865, los Ministeriales se dividieron en dos bandos: 1) El de los liberales católicos con Pedro Carbo a la cabeza, político libre pensador y polemista convertido en líder de la oposición moderada a García Moreno desde su protesta contra el Concordato y 2) El de los radicales que vivían exiliados en Lima bajo las órdenes del Gral. José Ma. Urbina.

A la muerte de García Moreno en 1875, los liberales se unieron con Antonio Borrero y ganaron las elecciones; pero se desilusionaron con la política contemplativa del presidente, le hicieron la revolución en Guayaquil y ascendió al poder el Gral. Ignacio de Veintenilla que contentó a ambos grupos designando a Pedro Carbo para el Ministerio del Interior y consiguiendo para el Gral. Urbina la presidencia de la Convención Nacional en 1878. Poco después Carbo abandonó el gabinete cansado de Veintenilla; no así Urbina que continuó en el partido oficial y con él cayó en 1883, retirándose a la vida privada y cediendo posiciones al entonces joven Eloy Alfaro, líder triunfante en la campana militar de la costa de ese año, que pasó a comandar a los radicales.

Posteriormente los liberales católicos de Carbo coexistieron con los progresistas de Caamaño y Flores Jijón pero conservando sustanciales diferencias de criterio en lo concerniente al problema religioso en el Ecuador. Mientras tanto Alfaro había intentado tomar el poder por la fuerza desde 1884 y durante tres años la guerra civil se desató en la república poniendo en serios aprietos al gobierno. Los Chapulos se alzaron en Los Ríos, Alfaro en Manabí y Vargas Torres en Loja.

Fracasando en todos sus intentos y llamado «el General de las derrotas» Alfaro terminó por radicar en Centroamérica al igual que Urbina había tenido que vivir en el Perú durante el garcianismo. Sin embargo en 1895 Alfaro fue llamado a Guayaquil para que asuma el mando de la revolución y fue recibido en triunfo por ambos bandos liberales (católicos y radicales) para entonces había fallecido Pedro Carbo.

Triunfante en Gatazo, Alfaro gobernó hasta 1901 y ese año apoyó al radical Leónidas Plaza que le sucedió hasta 1905, año en que ambos generales se distanciaron por motivos de la sucesión presidencial, apoyando el placismo a Lizardo García que triunfó en los comicios y asumió el poder. En 1906 la revolución del Gral. Emilio Ma. Terán dio al traste con el gobierno y proclamó a Alfaro que gobernó hasta 1910. Nuevamente la sucesión fue motivo de discordias y obtuvo el triunfo Emilio Estrada, pero falleció a los pocos meses y Montero se sublevó en Guayaquil proclamando a Alfaro. Luego de una campaña militar muy cruenta ocurrió la prisión y arrastre de Eloy Alfaro y sus tenientes en enero de 1912 y luego el asesinato del General Julio Andrade, por lo que Plaza nuevamente gobernó hasta 1916, con la oposición de Carlos Concha en Esmeraldas, que le hizo la revolución.

Entre 1916 y 1925 los liberales se unificaron, no como partido revolucionario sino como grupo de gobierno, alrededor de Plaza, compartiendo el poder con la alta banca de la costa y cediendo el servicio exterior o diplomático a la oligarquía de Quito que aún lo detentan como algo propio.

Para 1925 ocurrió la revolución juliana que dio al traste con este estado de cosas desapareciendo el placismo remplazado por el alfarismo radical, pero la decadencia del partido iniciada en 1912 con la muerte de este caudillo, se acentuaba. El liberalismo perdió fuerza frente a doctrinas más ambiciosas como la socialista y la comunista, que minaba las filas de sus principales pensadores e intelectuales. Para 1932 estaba tan débil que triunfó en las elecciones el conservador Neptalí Bonifaz con sus obreros compactados y hubo necesidad de recurrir al Congreso para cerrarle el paso.

Después del 28 de Mayo de 1944 se sucedieron hechos insólitos. En 1948 fue candidatizado por el partido un hijo del Gral. Plaza compartiendo el triunfo con el activista conservador Manuel Sotomayor y Luna que obtuvo la vicepresidencia. En 1952 el liberalismo se dividió y un sector apoyó al velasquismo para impedir la subida de Alarcón Falconí. En 1956 casi proclamó la candidatura de un hijo del Gral. Salazar de conocida trayectoria antiliberal en el siglo pasado. Para colmo ese año el candidato del partido -doctor Raúl Clemente Huerta- perdió frente al conservador Camilo Ponce, por un margen tan escaso que la elección tuvo que decidirla el Congreso, siendo la primera ocasión en que un conservador ascendía al poder desde 1895. (1)

NOTA (I) Mariano Suárez Veintenilla gobernó pocos días en 1947 como Presidente Interino. Eduardo Salazar Gómez, hijo del General Salazar, era un autentico liberal y debió ser el candidato del partido en 1956, de no habérselo impedido una coalición de las llamas Fuerzas Vivas de Guayaquil unidas al clasismo de Quito.

Para 1960 y con el comunismo entronizando en Cuba limaron sus diferencias los liberales y conservadores ecuatorianos, tornándose ambos en anticomunistas para frenar el avance del castrismo en Latinoamérica. Cualquier diferencia que pudiera subsistir desde entonces es meramente histórica.



Historia de la Revolución Liberal
El Estado Liberal Ecuatoriano es una definición de la Etapa Liberal primero de Veintenilla y después de Alfaro un reconocido militar y político ecuatoriano; Presidente del Ecuador en 1895-1901 y 1906-1911. En su gobierno fue terminado el ferrocarril Guayaquil - Quito, se llevó a cabo la modernización del ejército ecuatoriano, y además fue el precursor de la Revolución Liberal Ecuatoriana, en cuyos principales logros estuvo la separación entre iglesia y estado.
Alfaro fue proclamado Jefe Supremo en Guayaquil el 5 de junio de 1895, recibiendo la noticia en Nicaragua, desde donde embarcó rumbo al Ecuador. Llegó el 18 del mismo mes y poco después asumió el mando de la nación tras la batalla de Gatazo Grande (Chimborazo), que definitivamente selló el triunfo liberal. Alfaro a expulsó al obispo alemán Pedro Schumacher a Colombia. Eloy Alfaro fue implantó el laicismo en la educación, para lo cual se promulgó la Ley de Instrucción Pública. Por primera vez en muchos años hubo libertad de cultos y tolerancia religiosa en el Ecuador, lo cual trajo resistencia de parte de la iglesia católica. La primera presidencia de Eloy Alfaro duró hasta 1901.
Fue sucedido por el general Leónidas Plaza Gutiérrez, que también era liberal. Durante su presidencia se aprobaron muchas leyes de corte progresista. También se consagró la separación definitiva entre la iglesia católica y el Estado, poniéndose en práctica la libertad de cultos. Durante este mandato el liberalismo continuó abogando por la emancipación de la mujer. El general Plaza terminó su presidencia sin mayores problemas. Fue sustituido por el guayaquileño Lizardo García, cuya elección fue patrocinada por el general Plaza Gutiérrez, con el fin de que fuera un civil el que gobernara. Hizo un gobierno bastante débil, habiendo sido el propio Eloy Alfaro su mayor opositor. A comienzos de 1906 estalló en Riobamba una revuelta liderada por el general Emilio María Terán, la que no pudo ser sofocada por las fuerzas gubernamentales. Eloy Alfaro volvió al poder y Lizardo García tuvo que partir al exilio. Una vez instalado Alfaro en el poder se reunió una asamblea constituyente, que lo designó presidente interino, a la vez que promulgó una nueva constitución. La nueva carta magna contó con la oposición de conservadores, que la denominaron "Constitución Atea", debido a que establecía el laicismo del Estado, de la enseñanza y la familia, la libertad de cultos, la igualdad de las religiones y la separación entre la iglesia y el Estado. Incluso hubo una cierta corriente opositora dentro del mismo liberalismo en contra de la nueva constitución. En 1908 el gobierno decidió la adopción del patrón oro, lo cual condujo a mejoras en la economía. En el mismo año de 1908 también se inaugura el ferrocarril Guayaquil - Quito, una obra de gran envergadura y significación para el Ecuador. En 1910 Ecuador y Perú estuvieron a punto de irse a la guerra por problemas limítrofes. Una asonada popular depuso a Alfaro en agosto de 1911, quien ante las circunstancias optó por asilarse en la legación chilena, renunció y abandonó el país rumbo a Panamá. Seis meses después Alfaro volvió e intentó recuperar el poder, mas no tuvo éxito, en parte debido a la división que afectaba a los liberales. Alfaro fue asesinado en 1912, por turbas que posteriormente lo arrastraron por las calles en la ciudad de Quito, en lo que se ha denominado "La Hoguera Bárbara".
El término del alfarismo trajo consigo la vuelta al poder del general Leónidas Plaza, tras un breve interinazgo de Víctor Emilio Estrada, quien murió en diciembre de 1911 en ejercicio de la presidencia y por causas naturales. Al interinazgo de Estrada siguieron los de Carlos Freile Zaldumbide, Francisco Andrade Marín y Alfredo Baquerizo Moreno, que fue el encargado de entregar el poder al general Plaza. En medio de su mandato comenzó la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Plaza tuvo que enfrentar la oposición de las fuerzas alfaristas, en franca rebelión para reivindicar el asesinato de su líder. Las revueltas dieron como resultado un alto costo en vidas humanas y en recursos económicos. En 1916 es elegido Alfredo Baquerizo Moreno, poeta guayaquileño, quien contaba con el apoyo del general Plaza y del poderoso Banco Comercial y Agrícola, que por esos años prácticamente regía la economía del Ecuador. Baquerizo hizo un gobierno bastante razonable, respetó los derechos humanos, la libertad de expresión y prensa. Fue el primer presidente ecuatoriano en visitar el archipiélago de Galápagos.
En 1920 llega José Luis Tamayo, también liberal, al poder. Enfrentó a los bancos y casas comerciales. Es importante recalcar, que el Ecuador sufría por esos años las consecuencias de una severa crisis económica derivada de la Primera Guerra Mundial. Se produjo una devaluación del Sucre, con la consiguiente alza en el costo de los bienes y servicios. Los reclamos no se hicieron esperar y, el clamor popular fue subiendo de tono, alentado por un incipiente sindicalismo, que se afianzaba de manera creciente y que amenazaba con extenderse. El descontento se tradujo en manifestaciones que reclamaban mejores condiciones de vida para la clase obrera, siendo éstas reprimidas. El 15 de noviembre de 1922 se produce en Guayaquil una violenta represión de obreros y manifestantes. Las víctimas pasaron de mil, mas el número exacto nunca se sabrá. Los cadáveres fueron arrojados al río Guayas escenas de exceso que dieron pie a una de las más célebres obras literarias del país, la novela "Las cruces sobre el agua", de Joaquín Gallegos Lara. Pese a todo José Luis Tamayo acabó su período presidencial en 1924, entregando el poder a Gonzalo Córdova, otro liberal.
La turbulencia política se prolongó hasta 1948, en medio de intervenciones militares, depresión económica, conflictos sociales y una disputa territorial en la región amazónica, que incluyó una guerra con Perú en 1941, tras la cual Ecuador se vio obligado a firmar un tratado limítrofe en enero de 1942 (Protocolo de Río de Janeiro) que implicó la pérdida de vastas extensiones de territorio en la Amazonía. José María Velasco Ibarra, fue electo Presidente de la República en cinco ocasiones entre los años 1934 y 1972, aunque sólo concluyó un período. La presidencia liberal de Galo Plaza Lasso (1948-1952) abrió un período más estable, al que siguieron José María Velasco Ibarra (1952-1956) y Camilo Ponce Enríquez (1956-1960).
En 1960 nuevamente es elegido José María Velasco Ibarra, quien no pudo acabar su período y al año siguiente fue destituido, siendo remplazado por el vicepresidente Carlos Julio Arosemena. Éste adoptó una posición que no era del agrado del gobierno de los Estados Unidos, especialmente en lo que concernía a las relaciones con Cuba. Arosemena no quería romper relaciones diplomáticas con el gobierno de Fidel Castro, tal como lo hicieron el resto de los países del continente, con la excepción de México, y, finalmente lo hizo presionado. Uno de los graves problemas del gobierno de Carlos Julio Arosemena fue la notoria y pública dipsomanía de éste, que provocó numerosos comentarios públicos, incluso a nivel internacional. Arosemena Monroy fue alejado del cargo por las fuerzas armadas en 1963, año en que asume una junta militar de gobierno presidida por Ramón Castro Jijón. La junta militar duró hasta 1966, año en que se vio obligada a renunciar en medio de fuertes disturbios. Entonces asumió Clemente Yerovi Indaburu como presidente interino por unos meses, quien le entregó el mando de la nación a Otto Arosemena Gómez (1966-1968). En 1968 se celebraron elecciones generales, en las que salió victorioso José María Velasco Ibarra. Éste disolvió el congreso y se declaró dictador en 1970. En 1972 debían celebrarse elecciones generales, en las que el candidato con más probabilidades de ganar era Assad Bucaram, quien no gozaba del beneplácito de las fuerzas armadas y de los sectores pudientes de la sociedad ecuatoriana. La situación llevaba a un callejón sin salida, en el que por un lado las preferencias del electorado iban a favor de Bucaram y, por el otro, las fuerzas armadas no estaban dispuestas a permitir que éste se posesionara.

Revolución liberal de Ecuador
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Revolución liberal
Revolución liberal de Ecuador

Eloy Alfaro junto a varios miembros de la Convención Nacional.
Contexto del acontecimiento
Fecha: 6 de junio - 4 de sept. de 1895
Sitio: Bandera de Ecuador Ecuador
Impulsores: Eloy Alfaro
Leónidas Plaza
Flavio Alfaro
Pedro Montero
José Peralta
Acontecimientos desencadenantes: Garcianismo,
Conservadurismo
Influencias ideológicas de los impulsores: Liberalismo
Gobierno previo
Gobernante: Vicente Salazar
Forma de gobierno: Partido Conservador
Gobierno resultante
Gobernante: Eloy Alfaro
Forma de gobierno: Partido Liberal

, e impulsado por varias facciones insurgentes lideradas por Eloy Alfaro. La revolución tiene come fecha inicial el 5 de junio de 1895 luego de que en Guayaquil Alfaro fuera proclamado como Jefe Supremo. Posteriormente Alfaro fue nominado Presidente Constitucional del Ecuador.
La Revolución liberal, también conocida como Guerra civil ecuatoriana fue un movimiento revolucionario en contra de los gobiernos de carácter conservador
Los inicios de la revolución toman lugar tras el ascenso al poder de Ignacio de Veintenilla y sus posteriores intenciones de declararse dictador, con lo cual varios sectores del país empezaron formar movimientos revolucionarios en contra del gobernante. Las tropas alfaristas, con apoyo conservador, vencieron, tras lo cual Veintenilla fue derrocado, sin embargo, los conservadores permanecieron en el poder hasta el estallido de la revolución liberal en 1895.

Tras la caída del presidente interino Vicente Lucio Salazar, en manos de los liberales, Eloy Alfaro tomó el mando de Ecuador y ordenó la creación de la Constitución de 1897, la cual lo declaró Presidente Constitucional.